jueves, 29 de enero de 2009

Todo Príncipe nace siendo Principito

jueves, 29 de enero de 2009

Hola mosquitas que se vienen a parar por este pobre y jodido lugar, hoy hablaremos de arte, hoy hablaremos de literatura.

Cómo empezar esta historia… ah… dejen agarro unos ‘clinecs’ porque al recordar mi pasado me dan ganas de llorar.

Pues resulta que ya hace algunos años (15 para ser exactos) yo cumplía mi sueño de niño desinformado y mal influenciado por la familia católica, seee, en ese tiempo hice mi primera comunión, jajaja, suena cagado porque ni el Credo me aprendí completo, siempre aplicaba la técnica del Playback en la iglesia y el catecismo (desde entonces agarrando el cayo de todo buen músico). Pero bueno, ese no era el punto en sí. Muy apropiado para esa ocasión, mi tía nos regaló a mi primo y a mí un ejemplar de la famosa lectura de Antoine de Saint-Exupéry, el Principito.

¿Qué significó eso para mí? Nada, en realidad. En ese entonces lo que rifaba eran los Thunder Cats y Los Caballeros Del Zodiaco, Los Super Campeones y El Príncipe del Rap. ¿Leer libros? No, ni en broma, aunque era muy inquieto con los libros del rincón, esa serie de lecturas de la SEP para apoyar a las pequeñas bibliotecas del aula, ¿los recuerdan? (Para los despistados, estamos hablando de cuando tenía 7 años e ingresé a la primaria)

El libro que me regaló mi tía, sin embargo, nunca lo deseché o lo dejé en el olvido. Conforme aprendí a leer mejor me empezó a interesar un poco la lectura como medio recreativo y sí, tuvieron que pasar dos años más para que en unas crueles vacaciones de verano en que me dio un ataque de sarampión y que por ende quedé privado en mi cama, fue hasta entonces cuando se me ocurrió abrir el librito aquel, preso del aburrimiento y del dolor de mis ronchas, jajaja…

Empecé, todo un lenguaje nuevo y diferente, y es lo que mantiene mi interés en la lectura (desde entonces), ese conjunto de expresiones, palabras que nunca había escuchado, lugares que no caben en mi imaginación, nombres, personajes, actitudes, sentimientos…

pcpto

Bueno, el parototote que me hizo ese libro editado por Fernández Editores es que incluía un sin fin de ilustraciones, muy apropiado para un lector de mi edad. Y empezaba – aún recuerdo – con que se ‘averiaba’ el avión en medio del desierto (esa palabrita, de mis primeras consultas al tumbaburros, cómo olvidarlo) y la aparición misteriosa de un príncipe niño que rogaba porque le pintaran un cordero y un bozal para que no se comiera su flor… en fin…

principito

Bueno, pero no estoy aquí para repetirles la tan trillada historia, sino para compartir con ustedes el impacto que el libro aquel tuvo para mí y lo posterior que pasó.

Algo curioso es que no volví a leer un libro sino hasta la secundaria, donde de plano me empecé a descarar y conocí al autor de mis sueños (de quien se tratará el siguiente post). Todavía algo más curioso: el libro lo releí como 5 veces y créanme, cada vez fue una experiencia diferente, una enseñanza nueva, siempre descubría algo que no captaba en la lectura anterior.

baobab Conforme crecí fui escuchando comentarios sobre esa obra, de la cual me enorgullecí de haber conocido a tan temprana edad. ‘Es una metáfora de la vida real, de los sentimientos ocultados cuando todos crecemos, de que todos en alguna ocasión fuimos niños, de que un niño tiene mucho mayor poder mental que el adulto…’; nunca lo llegué a explicar así en ninguna de mis impresiones sobre el libro, pero sí, mi subconsciente siempre tuvo presente esas ideas y poffff, que bonito es descubrirlas en estos días, porque invitan a una profunda reflexión sobre cómo es que aprendí a leer, o más bien, qué me indujo a leer…

Posiblemente, tarde o temprano lo hubiera hecho, recuerdo que cuando tenía 12 años ya relamía las revistas Proceso que mi papá compraba, aunque las alternaba con la TVyNovelas de mi mamá y los posters de las muchachonas de la mitad de la revista, jeje. Sin embargo, la televisión seguía siendo un factor importante en mi vida y no me la pude quitar sino hasta que me faltó tiempo para concluir con todas mis actividades.

Y tú, ¿cuál fue el primer libro que leíste? ¿Te motivó a seguir leyendo? Ojo cuates, porque en esa edad de principios de pubertad yo le hice caso a los que decían que la lectura construía… pero, ¿qué tipo de lectura? Por ejemplo, lo confieso, caí en esos tiempos muy bajo, ya que llegó a mis manos un ejemplar de Carlos Cuauhtémoc Sánchez… pero ¿cómo afirmar ahora que su lectura es nefasta y carente de valor humano, posesiva y limpia cerebros? Y desde entonces afirmo lo que pocos he escuchado decir: ‘HAY QUE CONOCER ANTES DE JUZGAR’.

¡Quién iba a pensar que, años después y por mera coincidencia, se me ocurriera que todo Príncipe nace siendo Principito! Año 2004, clase de introducción a las ciencias sociales, recomendación del profesor: ‘léanse El Príncipe, de Nicolás Maquiavelo’. A mí me pareció sorprendente la tesis de Maquiavelo sobre el comportamiento y la psicología del gobernante, el Príncipe, el dueño del poder. Pero ahora que lo pienso, eso ya lo había leído, ¡¡¡hace 10 años aproximadamente!!!

“-Si yo le diera a un general la orden de volar de flor en flor como una mariposa, o de escribir una tragedia, o de transformarse en ave marina y el general no ejecutase la orden recibida ¿de quién sería la culpa, mía o de él?

-La culpa sería de usted -le 10adijo el principito con firmeza.

-Exactamente. Sólo hay que pedir a cada uno, lo que cada uno puede dar -continuó el rey. La autoridad se apoya antes que nada en la razón. Si ordenas a tu pueblo que se tire al mar, el pueblo hará la revolución. Yo tengo derecho a exigir obediencia, porque mis órdenes son razonables.

-¿Entonces mi puesta de sol? -recordó el principito, que jamás olvidaba su pregunta una vez que la había formulado.

-Tendrás tu puesta de sol. La exigiré. Pero, según me dicta mi ciencia gobernante, esperaré que las condiciones sean favorables.

-¿Y cuándo será eso?

-¡Ejem, ejem! -le respondió el rey, consultando previamente un enorme calendario-, ¡ejem, ejem! será hacia... hacia... será hacia las siete cuarenta. Ya verás cómo se me obedece…”

¿Ven cómo es mágica esta lectura? Conozco a muchas personas, colegas en su gran mayoría, que confunden la madurez intelectual con el complicado juego de ideas, cuando lo anterior resume lo que muchas teorías políticas han querido demostrar…

Inputs: Demandas: Principito y su puesta del sol
Caja Negra: Sistema Político: Ambiente Natural (Condiciones Favorables)
Outputs: Ofertas y retroalimentación: Órdenes razonables del monarca.

En ese entonces que leí ese capítulo X, que es el que cito unos párrafos arriba, no comprendí el verdadero sentido de la política actual, y sigo sin comprenderlo, pero sí me quedó claro el sentido y lógica del poder político, de la naturaleza del Poder y su nobleza, su equilibrio en la vida y su verdadera utilidad.

Así que, yo puse el ejemplo que corresponde a mi rama, y he observado que no es el único, los hay más y para las demás ciencias, sólo es cosa de pensar como niño y encontrar el modelo ideal de lo que queremos encontrar, sin perjuicios, sin vicios, tratar de encontrar la solución real a nuestro problema y ésta se encuentra en la naturaleza, en la vida misma…

Saludos!!!

principito estrella

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