jueves, 5 de mayo de 2011

En esta primavera las flores de mayo serán para ti (jajaja)

jueves, 5 de mayo de 2011

¿Hay de casualidad alguien por aquí? No, creo que todos se les hace más fácil compartir ideas desde Facebook o aún más fácil desde Twitter. Me imagino que uno se llena de imaginación y de ocio al acceder a esos lugares (obvio, yo no jaja).

Y es mayo y desde que empezó el año dije, mañana escribo, mañana publico, tengo algo que decir así que mañana será y así consecutivamente hasta que pasó todo Enero, luego Febrero, llegando ahí por Marzo, el infernal Abril y ahora nos encontramos justo en un semi puentecito que promete un relax bien rico, un jueves que inspira a leer… o a escribir. Y de escribir me explota la cabeza por decidir qué idea sacar primero de la cabeza, cuál continuaría el hilo de una historia, una más que cerrara la entrada y una fuerte para retroalimentar una nueva historia, tal vez la próxima semana, tal vez el próximo mes. Pero ya por ahí leí que el ‘Tal Vez’ es tan peligroso que se le compara con el ‘Nunca’. Dejemos las promesas para los políticos, aquí en este espacio somos todo menos politiqueros baratos.

Digamos que Enero marcó mi vida con la entrada de la materia Fiscal en mis noches y sobre todo en mis días, donde cada tarde aprendía a emplear con o sin maña el arte de hacer valer la ley. Cosa de abogados, cosa de contadores, que se pavoneaban por aquí y allá hablando de formalismos y despachos, de clientes y contribuyentes, de gente seria, de gente cotidiana y todo lo que se puedan imaginar. Me divierto desde entonces riéndome en silencio, a veces en voz alta de su absurda manera de pensar, de su fácil aceptación de un sistema de trabajo del que sólo se requiere su supuesta inteligencia que aventaja a la gente que nada tiene que ver con estas materias que se tratan en una monstruosa institución llamada SAT, y ojo que no me refiero con monstruosa a lo negativo que todo mundo habla de esta empresa pública, sino precisamente a lo que representa no sólo para la SHCP sino al mismo gobierno federal.

Empezando porque es una innovadora empresa pública (que seguramente los abogaditos y contadores que hacen su servicio social ahí ignoran), nuestro pequeño experimento muy a la mexicana de la aplicación de la teoría de la Nueva Gerencia Pública (el famoso Public Managment tan criticado en mi carrera). La cosa es que comprobé que de certificados y reconocimientos no hacen más que un falso telón de seda, un pésimo servicio el que se brinda allá y una red y servicios electrónicos que dejan mucho qué desear.

El principio básico de todo ello recae en el diseño de una política pública ascendiente, que se forme abajo y vaya escalonando a través de las diferentes estructuras e instituciones sociales y se termine implantando como un proyecto de ley o una normatividad aplicable. Necesitamos de forma urgente desde hace poco más de 100 años (jajaja) una nueva cultura de recaudación de impuestos, un sistema de transparencia y una correcta vigilancia de la recaudación y del uso del dinero que se emana de esta acción. Incrementar de 15 a 16% la tasa de IVA o de 16.5 a 17.5% la de IETU no es la solución. No lo es tampoco la creación de nuevos impuestos como el IDE ni la no eximición de la tenencia vehicular, por ejemplo. No basta con observar los desperfectos del sistema legal, fiscal y financiero para emitir nueva reglamentación o ‘perfeccionar’ lo ya existente.

Un país que se caracteriza (así, en una primera impresión y sin recurso de análisis) por tender altamente hacia una absurda partidocracia, con estructuras e intereses empresariales inquebrantables, con una red de sindicatos viejos y pesados, un sistema de de justicia corrompido hasta el más alto nivel y un nivel de vida cómodamente comparable con el de África y el Medio Oriente no puede, no es compatible, no es aceptable permitir la existencia de tanta y tanta ley. En eso sí, México se caracteriza (todavía) por tener un sistema legal bastante envidiable incluso en Europa, aunque no haya instituciones ni recursos para hacer valer todo lo que el papel dicta y sentencia. El resultado entonces más coherente es sin duda la Cultura. Y para este concepto incluso se tienen sus dudas de acepción y alcance. Dejémosle entonces en la valorización humana, la apuesta por la educación.

Volviendo al tema de SAT, me entristece que ninguna de las partes de esa relación Autoridad – Contribuyente funcione y no tenga el ánimo de querer funcionar. Es de admirar algunas figuras administrativas y operativas que salvan la chamba de todo el equipo de trabajo, y también de personas que cumplen sus obligaciones de forma voluntaria, en términos y plazos que marca la ley. Cuando estos dos factores se combinan se logra un grado de satisfacción de servicio bastante grande. Uno cumple como servidor público, el otro se complace con la obtención de un servicio.

Pero aquí entra el factor NORMATIVIDAD tan común en cualquier servicio público: El contribuyente no es sabedor de sus obligaciones por una u otra circunstancia, digamos por su idiosincracia, ignorancia o desidia. Por el otro lado está el servidor público que sólo sirve si la contraparte conoce su rol. Entramos en el supuesto de NO servicio por la falta de un requisito, que les parece el cálculo de un impuesto o un documento para X trámite. Como sea, no existen planes de emergencia en ninguno de los dos actores implicados. Ni uno tiene la intención de cumplir, ni el otro de ayudar a servir. Los dos levantan la voz, uno se ampara en su compendio legal y el otro interpondrá un recurso de queja. El segundo escenario es todavía más grave. El primero ofrece ayuda para solventar el problema y el segundo se condiciona a la cuota por recibir tal ayuda.

Y para caer en ese supuesto hay mil formas y es el pan de cada día en las oficinas de gobierno. La gente ve TV todo el tiempo, ¿por qué rayos no se promueven los servicios administrativos en vez de promover a más no poder la imagen política del gobernante? Actualmente le estamos apostando todo a la internet, ¿y los que no tienen? ¿Los que no tienen luz? ¿Los que no les es fácil utilizar un ordenador? Ellos como sea ya se quedaron afuera de esta élite arrogante, mal planeado y cínico servicio público. ¿Quién decidió que los servicios se harían sólo con cita previa si toda la vida nos la hemos pasado levantándonos temprano para alcanzar ficha? Y ya decidido el servidor público responde ante la queja del ciudadano: ‘nuestro sistema de citas es totalmente transparente y se puede consultar desde cualquier equipo con acceso a internet’. Hablando de transparencia, como si eso de la publicidad de la información fuera la ‘transparencia’.

La realidad es que la gente no aprende porque no quiere. La verdad es que el servidor público se aprovecha de su cargo. La verdad es que una reforma educativa es todavía muy lejana a nuestra desamparada realidad y no incluida ni remotamente en la agenda legislativa. La verdad es que el sindicato de Maestros es más fuerte que el cártel de Sinaloa. La verdad es que…

La verdad está aquí, en la realidad que gozamos día a día, lejos del discurso oficial y de los sueños de los dueños de la televisión. Somos un país jodido porque no tenemos una cultura política, porque fomentamos odio entre nosotros, porque solapamos los malos actos y/o participamos en ellos, porque dejamos que ineptos estén por encima de nosotros gobernándonos. ¿Viejo discurso? ¡¡¡Lo se!!! ¿Y que qué hago para cambiarlo? Ahí te va mi pequeña lista para que no te dejes chamaquear y entres a la lista de los que sí queremos cambiar de verdad:

  • Me actualizo, porque no me basta con lo que tengo en el televisor, leo noticias de las fuentes que considero confiables y participo en los foros de discusión en internet, sobre todo en Proceso, La Jornada, El Universal y Reforma.
  • Leo cada que puedo, escribo lo que admiro, digo lo que pienso y escucho para retroalimentarme más. Me considero un tanto romántico, egocéntrico y capaz. Estas tres cualidades me las dan sin duda la retroalimentación de otras mentes y el cultivo de la propia.
  • Me informo. Cuando hago un trámite gubernamental, cuando visito una ciudad distinta, examino los requisitos de todo tipo y la justificación de los mismos. Procuro no ir a esos lugares sin mis cosas completas. Me gusta que me atiendan bien y para ello exijo esa atención a través del cumplimiento de mi rol.
  • No consumo piratería y dejé de comprar marihuana. Porque no me gusta la violencia y sé que dañar el sistema financiero de las organizaciones criminales es la forma de acabar con su imperio, he aquí aportando mi granito de arena.
  • Tiro la basura en donde debe y la separo por orgánica e inorgánica. Me gusta ser limpio en mi lugar de trabajo, en los lugares donde estoy. No me gusta llevar el carro a todos lados donde voy. Si bien es que fumo, sólo lo hago en solitario o con otras personas que comparten ese vicio y en lugares establecidos para ello, también procuro levantar mis colillas del cigarrillo.
  • Quiero a mi hermana, a mi mamá y a mi papá que me han dado todo en la vida y gracias a ellos me permiten saber querer a los animales que nos rodean, con quien soy respetuoso y siento un profundo afecto. El externar y recibir amor es para mí bastante gratificante, no me gustan los rencores, ni recibirlos ni externarlos.
  • Quiero a mi novia por lo que es y cómo es conmigo y no por lo que aparenta. Procuro respetar a mis semejantes y admirar sus cualidades antes que odiar sus defectos. Me gusta trabajar en equipo y ser una persona integrante y sentirme integrado en mi círculo social.

Y todo lo anterior y más cosas alejado de Dios y de los Estados Unidos jajaja. En serio, creo que nunca me haré adepto de ninguna religión, no las necesito, prefiero la fe interna y el cariño y compasión de los que me rodean. Así pues, espero todos ustedes amigos míos estemos haciendo algo al respecto para cambiar nuestro sistema de Cultura, evolucionar en lo que hagamos y nunca dejar de prepararnos.

 

* Post dedicado a mis compañeros de la carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública de la generación 2006 –2010 en la FES Acatlán, UNAM. A todos ellos, diferentes cada quien en su forma de pensar, de formarse, hacen posible la experiencia de conocerlos y dejar su influencia en mi persona. Magnífica carrera, magníficos todos ellos.

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